Las Geopatías


Existe una geopatía en cualquier punto donde el nivel vibratorio es inferior al nivel vibratorio óptimo de una persona sana. Recordemos que ese nivel óptimo está entre 6.500 y 8.000 Angstroms (Å) y que, por lo tanto, cualquier punto o zona donde ese nivel sea inferior se tratará de una zona geopática o punto geopático.


La Tierra genera un importante campo magnético natural. Este campo parece tener su origen en el núcleo; los estudios geofísicos actuales indican que el núcleo de la Tierra tendría dos capas: una interna sólida, y otra externa, líquida; ambas capas estarían formadas principalmente por hierro y níquel, y se cree que giran en sentidos opuestos, una capa sobre la otra. Al rotar de este modo, y debido al alta concentración de hierro, se generaría un campo magnético similar al que produce una dinamo.

Cuando se producen alteraciones de los campos magnéticos terrestres, nuestra salud se ve afectada.

El polo norte magnético se encuentra en unos 1.800 kilómetros del polo norte geográfico. En consecuencia, una brújula no apunta exactamente hacia el norte geográfico; la diferencia se denomina declinación magnética y depende del lugar de observación. Los polos sur geográfico y magnético tampoco son coincidentes.

La Tierra recibe continuamente radiación procedente del Sol, formada por radiación electromagnética y por partículas elementales con alta energía.


Los rayos cósmicos (un 87% son protones) al chocar con átomos de la atmósfera pueden producir reacciones nucleares de las cuales resultan gran variedad de partículas y radiaciones secundarias. La radiación llega a toda la Tierra y la cantidad se incrementa con la altura, en un 20% por cada Km. Los polos reciben un flujo mayor que las zonas ecuatoriales debido al campo magnético terrestre (así, por ejemplo, Irlanda recibe un 10% más de radiación que Grecia).

La presión ejercida por el viento solar comprime el campo magnético terrestre y lo deforma, haciendo que adopte una forma similar a la de un cometa: la parte directamente enfrentada al Sol se comprime hasta unos 10 radios terrestres, mientras que la parte opuesta al Sol se alarga, formando una cola que se extiende además de 1.000 radios terrestres.


Nuestro campo magnético tiene un interés inmediato para la vida, ya que actúa como un escudo protector frente a las radiaciones cósmicas. Estas radiaciones, altamente ionizantes, llegan a la Tierra y ‘chocan’ con el campo magnético, que desvía la mayor parte de estas hacia el exterior del planeta.

Junto al campo magnético terrestre conocido existen en toda la superficie de la Tierra otros campos magnéticos en forma de redes reticulares más o menos regulares que conforman unas de las principales energías telúricas que analiza la Geobiología; las principales de estas redes, que vendrían a ser una especie de muros verticales que provienen del interior de la Tierra y se elevan varios kilómetros sobre su superficie, son las llamadas ‘red Hartmann’ y ‘red Curry’.


En realidad estas redes también podrían tratarse de algún tipo de radiación emitida por los efectos físicos que se deben de producir en el interior de la Tierra con el hierro (Hartmann) y el níquel (Curry). En cualquier caso, el origen incierto de estas redes o muros invisibles de energía, no es un aspecto que altere nuestro estudio o trabajo ya que, sea cual sea su origen, son fenómenos perjudiciales si nos exponemos a ellos.