Líneas Ley (Líneas de Dragón)


Todos los pensamientos, todas las cosas, todos los seres, son representaciones electromagnéticas de nuestra conciencia, de todo lo que fue alguna vez, es ahora, o será alguna vez.

Algunas cosas, algunas ideas, viajan a mayor velocidad, a mayor frecuencia; otras son más densas y se mueven más lentamente, pero llegarán igualmente en orden perfecto, en consonancia con la naturaleza de su creación. Para el Universo, el Cosmos es la perfección misma, independientemente de la percepción o interpretación dimensional que nosotros podamos tener de todo ello. En un sentido mecánico-cuántico, todas las cosas están perfectamente de acuerdo con su naturaleza. Sin embargo, algunas son creadas a frecuencias más altas y tienen mayor resonancia vibratoria que otras.

Las Líneas Ley existen bajo diferentes formas, con diferentes grados de sofisticación a partir de una multitud de formas de energía. Las Líneas Ley son modelos energéticos que circulan a la vez por la superficie de la Tierra y por debajo de ella.


Viajan por toda la Tierra en una variedad de formas basadas en las leyes de las matemáticas, la geometría, la esencia vibracional, la fuerza geológica, el electromagnetismo y los campos mineralógicos. Cambian, se mueven y han sido utilizadas de muchas maneras diferentes a lo largo del tiempo y del espacio. Las Líneas Ley tienen la capacidad de ser utilizadas como conductos de transferencia de energía y comunicación, si bien hace muchos años que parece haberse perdido el conocimiento y la capacidad del hombre para utilizarlas de esta manera; como consecuencia de este ‘desuso’, la red ya no está perfectamente comunicada y se corta en ciertos lugares, sin organización y sin estar completamente conectada a la superficie terrestre.

Sin embargo, la esencia de base de las Líneas Ley viene de una fuente natural: las corrientes de energía telúrica.

Las Líneas Ley son como el sistema nervioso del planeta Tierra.

Las Líneas Ley no son constantes; hay muchos factores que pueden ser la causa de sus cambios, añadiendo o restando parte de su compleja energía. Las tensiones tectónicas, el magma, los campos magnéticos solares creados naturalmente por los minerales como el cuarzo, e incluso la descomposición de la materia orgánica, crean calor y cargas eléctricas. Estas energías se acumulan y circulan a lo largo de los canales de conductividad, ligeramente por encima o por debajo de la corteza terrestre. Las regiones y lugares en la Tierra que tienen un alto contenido en metal natural o minerales conductivos atraen la corriente de estos flujos electromagnéticos. Las estructuras construidas por el hombre según geometría sagrada también las atrae. Casi todos los templos construidos de acuerdo a la geometría sagrada por los asiáticos, los romanos, los griegos, los egipcios y los mayas, tienen Líneas Ley que los atraviesan.


Algunas de estas estructuras fueron construidas sobre Líneas Ley ya existentes, otras las atrajeron hacia ellas. Muchos puntos sobre estas Líneas adoptan la forma de Vórtice Cosmotelúrico en espiral (de gira hacia la izquierda en el hemisferio norte, y hacia la derecha en el hemisferio sur).

Los Vórtices se forman por diferentes razones; la causa suele ser la intersección de las Líneas Ley, y suelen coincidir con puntos de estrés tectónico, cerca de volcanes, de altas montañas, alrededor de pirámides y en torno a construcciones humanas que siguen los criterios de la geometría sagrada. Los Vórtices existen de forma natural junto a importantes yacimientos minerales, capas de basalto, batolitos graníticos, en la confluencia de ríos, etc… Todo esto proyecta un plasma de iones cargados y de campos electromagnéticos. Esta acumulación natural de energía comienza a girar por naturaleza, creándose así el Vórtice Cosmotelúrico.


Dado que las Líneas Ley (Líneas de Dragón) son de naturaleza eléctrica, viajan a través de los conductores eléctricos naturales, como el agua en movimiento, cascadas, lluvia, las olas del mar cuando rompen, las zonas de descomposición de materia orgánica, de estrés tectónico, de actividad volcánica, el calor solar, los vientos,…

Dado que la electricidad estática circula paralelamente al suelo dentro de un campo eléctrico ortogonal casi estático, se forman remolinos y fuentes de electricidad que se convierten en ríos, que a su vez forman una red que se extienden por todo el mundo. Estas corrientes fluyen a lo largo de capas de minerales conductores como hierro, oro, cobre, cuarzo, etc, y fluyen hacia las montañas, volcanes, aguas, minerales y otros grandes grupos de materiales conductores.

La energía eléctrica, como cualquier forma de energía consciente, se puede dirigir. Así, con suficiente conocimiento, las Líneas Ley pueden ser programadas y modificadas mediante diversas técnicas, como frecuencias de sonido, de color, con formas, orientaciones,… así, en muchos templos sagrados donde se ha sabido programar o dirigir esta energía, podemos sentir una alta sensación de bienestar y tranquilidad. Así mismo, mediante su manipulación, es posible realizar cruces entre ellas para crear un Vórtice de energía ‘sagrada’.



Skellig Michael (Irlanda) es una de las zonas donde la confluencia energética de diversas Líneas Ley sigue estando hoy día más intacta, si bien sus muchas de sus capacidades no están ‘explotadas’.



Una importante zona donde confluyen dos grandes corrientes energéticas son las correspondientes a las llamadas Saint Michael y Saint Mary, que recorren el sur de Inglaterra, pasando por el Monte St. Michael en la costa de Cornualles. Esta corriente de energía se amplifica en aquellas zonas de su camino donde encontramos crómlech (círculos de piedras) y catedrales construidas según la geometría sagrada.



Los masones construyeron catedrales capaces de amplificar la energía de las Líneas Ley, utilizando siempre la geometría sagrada. De la misma forma, casi todas las catedrales y monumentos griegos están construidos bajo la base del número áureo (Phi / Fibonacci), y siempre sobres estas Líneas.


Otras zonas o puntos de especial confluencia energética son:

Catedral de Chartres. Situada a 80 kms al suroeste de París, en Eure-et-Loir. 

Cráter de Pingualuit (Cráter Chubb). Situado en la bahía de Hudson en el extremo norte de la península de Ungava, en Québec. Tiene un diámetro de 3,2 kms, sus bordes se elevan más de 160 metros por encima de la superficie de la tundra.

Lago Loch More (noreste de Escocia). Próximo al crómlech de ‘Callanish Stones’.

Lago Baikal (Mongolia). El suelo y las plantas de este lago tienen extrañas modificaciones genéticas. La población rusa del entorno apoda a este lugar ‘el mar sagrado’ o ‘el agua sagrada’.

El Potala o Templo de Lhasa (Tíbet · China). Situado sobre la montaña Hongshan, a 3.650 m de altitud. 

Isla de Pascua (Polinesia · Chile). Posee toda una interesante cultura ancestral de la etnia Rapanui, como las enormes estatuas conocidas como Moais.

Stonehenge (Wiltshire · Inglaterra). Monumento megalítico, tipo crómlech, situado cerca de Amesbury, a unos 13,5 kms al norte de Salisbury.