Procedimientos antiguos


a) Absorbentes líquidos:

Aceite mineral: Parece ser que este tipo de aceite absorbería ciertas O.N. Habría que situar en la vertical de las radiaciones recipientes de unos dos litros, y habría que cambiarlo aproximadamente cada dos meses. Parece ser que después se podría utilizar para su uso normal.

Aceite comestible: Tendría el mismo efecto. Se colocaría en recipientes cerrados de 1 ó 2 litros, y al renovarlo parece que seguiría siendo comestible. Sobre este caso en particular Roger de Lafforest dijo: “Les voy a decir lo que yo personalmente haría si fuera millonario y quisiera proteger mi palacio contra todo ataque por ligero que fuera de las radiaciones nocivas: lo construiría flotando sobre un lago de aceite virgen, de 60 cm. de profundidad”.

También dicen que el azufre, el carbón vegetal, la tiza y la sal marina serian muy buenos absorbentes (sólo o combinados). De cualquier manera, habría que localizar los lugares y las cantidades adecuadas para cada caso (mediante la radiestesia).


b) Pantallas metálicas:

Varillas metálicas: Habría que determinar mediante la radiestesia cual es en cada caso el metal más conveniente para “reflejar” las O.N. A partir de aquí habría que situar 4 varillas de este metal en las cuatro esquinas de la casa. De este modo las radiaciones nocivas concretas no serían absorbidas sino difundidas lejos del lugar (cómo haría un ventilador con el humo).

Círculo protector: Es una variante del caso anterior. Se trata de un hilo de cobre desnudo, sujeto por clavos aislantes, que rodea totalmente la casa bordeando puertas y ventanas. Se debe soldar con hilo metálico a las rejas metálicas de la vivienda. El conjunto se debe conectar a tierra en la zona del norte magnético.

El somier neutralizado: Si fuera de muelles, habría que unir todos ellos entre sí con un hilo conductor que después se conectaría a una buena toma de tierra. Dicen que así quedaría totalmente neutralizado desde el punto de vista vibratorio, rechazando o absorbiendo todas las O.N. que llegaran a él.

Tablero de clavos: Si el somier fuera de otro tipo, nos podríamos proteger contra las O.N. situando clavos con la punta hacia fuera sobre un tablero contrachapado colocado bajo la cama. Los clavos se tendrían que unir entre ellos mediante soldadura, y se tendría que conectar a tierra. De este modo se obtendría igualmente una excelente protección contra las O.N.

Lámina de plomo: Hay quién dice que una plancha de este metal, de unos 2.5 mm de grueso, detiene cualquier radiación telúrica, pero que permanece contaminada durante bastante tiempo. Para regenerarla habría que ponerla al Sol durante un tiempo igual al que ha sido expuesta a las O.N.

Actualmente se comercializan varios tipos de materiales relacionados en este sentido como pueden ser, láminas de plomo de varios gruesos, ladrillos y vidrios plomados, etc...



c) Solenoides:

Se trata de espirales de hilo de cobre formando un cilindro. Habría que determinar por radiestesia el diámetro exacto del hilo, el radio y el número de giros de la espiral. Cada caso sería diferente y si fuéramos un poco ‘torpes’ podríamos acabar enviando o redirigiendo todas las O.N. hacia el vecino, o hacia cualquier otra habitación de nuestra misma casa. Generalmente habría que conectarlos a tierra.


d) Espejos:

Los espejos conservan las imágenes que reciben y pueden devolverlas en cualquier momento ‘inoportuno’. Pueden invertir las radiaciones que reciben y reflejarlas cambiando su polaridad; de este modo podría ser que un aparato beneficioso situado ante un espejo, se volviera nocivo. No deberíamos, por tanto, tener espejos en la habitación y, en caso de tenerlos, habría que cubrirlos con una tela negra cuando no se esté haciendo uso. También parece ser que los espejos podrían reflejar las líneas de la red Hartmann y Curry, ampliándolas y situándolas en lugares que antes estaban libres de ellas.