Los materiales


Buena parte de las enfermedades originadas por las Ondas Nocivas son ocasionadas por los materiales de construcción utilizados hoy en día. En lo referente a las resinas sintéticas (plásticos) su nocividad es proporcional, no a su peso, sino a su superficie de irradiación; el plástico no es un material natural y parece lógico y evidente que una vivienda construida totalmente de plástico no sería un lugar muy saludable para vivir.

Toda construcción de hormigón y acero actúa como una caja de Faraday. Dentro de cualquier edificio con falta de ventanas y una climatización artificial se puede generar un ambiente ciertamente nocivo desde el punto de vista biótico, ya que se evita la llegada de las radiaciones cósmicas benéficas (como la radiación solar natural) y además sufre la irritación producida por todos los materiales nocivos del interior.


Una construcción sostenible buscará los materiales ‘de toda la vida’ (piedra, madera, ladrillo cerámico,…).


Otras fuentes nocivas son los revestimientos de suelos, las cortinas y las almohadas de goma espuma (caucho y poliuretano), así como las pinturas sintéticas, ya que estos materiales se cargan de electricidad estática de una manera muy considerable, y provocan continuamente descargas. Estas corrientes eléctricas varían la calidad iónica del aire (ionización positiva / negativa), hecho supone un efecto nocivo sobre el sistema nervioso de las personas, especialmente en las más sensibles.