Menhires


Al parecer un menhir se encuentra siempre emplazado sobre un punto positivo. Vendría a ser un tipo de transmisor, como nuestras antenas de hoy en día, ya que aparentemente irradia energía desde el punto en el que se encuentra. El objetivo de los menhires podría ser, por tanto, generar energía favorable para los que se encuentren cerca.

El punto más activo de energía se encontraría justo encima de la piedra, igual que pasaría con los obeliscos y a las torres de algunas iglesias. Es como si la energía de aquel punto subiera a través de la piedra y se concentrara en su punta más elevada.


Son como condensadores que se cargan lentamente y después materializan la energía cargada en un momento puntual, de acuerdo con un ritmo regular que depende de varios parámetros. Con mediaciones radiestésicas se ha podido establecer que estos intervalos son de entre 2 y 15 segundos normalmente, dependiendo sobre todo de su tamaño. Las redes telúricas de alrededor (Hartmann, Curry,...) se desplazan puntualmente con cada ‘descarga’ del menhir.

Para poder beneficiarse de la energía de un menhir hay que estar tocando con él o, al menos, colocarse a menos de un metro de distancia.

Hay hipótesis que indican que podría ser que los menhires se usaran para ‘capturar’ la energía telúrica y dirigirla hacia algún punto más concreto. Así, por ejemplo, alineando varios menhires se podría concentrar la energía en todo este ‘camino’, y cruzando por ejemplo 3 ó 4 ‘caminos’ se podrían crear zonas interiores de un alto nivel energético o vibratorio. 

Gilbert Le Cossec, fotógrafo francés con más de 25 años de experiencia, realizó varios estudios relacionados con la Geobiologia. En su libro «Le souffle de la Terre», hace un exhaustivo estudio de los menhires y muestra una curiosa serie de fotografías al respeto. Estas imágenes parece ser que fueron realizadas con un procedimiento particular que él denominó ‘Épiphanie’, del que nunca quiso divulgar su funcionamiento. Al respeto, en este libro tanto sólo explica que la metodología empleada proviene de más de 5 años de estudios y pruebas realizadas a partir de la hipótesis que todas las vibraciones (frecuencias) se deben poder grabar de alguna manera, a pesar de que el ojo humano tan sólo sea capaz de ‘ver’ aquellas que quedan dentro del espectro de luz visible. La explicación o justificación que dar Le Cossec para no divulgar el funcionamiento de este tipo de fotografía es que pudo comprobar como en el caso de las personas, de las cuales también parece ser que podía fotografiar su ‘envolvente vibratoria’, a veces se obtenían resultados que él consideraba que podían acabar (en aquella época) con la buena reputación de alguna gente que hasta aquel momento habían sido ‘bien considerados’. Dado que ésta no era su finalidad, y para evitar que con la divulgación del método otros personas pudieran utilizarlo para perjudicar a según quién, decidió no hacer público el descubrimiento y hacer uso del mismo tanto sólo para sus estudios en Geobiología.

Sea cual sea el motivo real, lo que muestra en su libro son varias imágenes de menhires y otros elementos verticales de este tipo, como ciertas torres de iglesias y cruces emplazadas en zonas puntuales, captadas con su método ‘Épiphanie’, donde se puede observar la diferencia de niveles vibratorios o energéticos de los diferentes puntos del entorno de estos elementos:



Croix du Menhir (Île d'Hoëdic · Francia)






Le Menhir à Cupule (Île d'Hoëdic · Francia)






Menhir de Champ-Dolent (Dol-de-Bretagne · Francia)






Iglesia de Piriac-sur-Mer (Saint-Nazaire · Francia)